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lunes, 10 de enero de 2011

Escáneres cerebrales muestran que el amor matrimonial puede perdurar


¿Se recuerda de la intensidad de perder la cabeza por amor? ¿Siente a veces que el paso de los años, todas esas tareas del hogar y las exigencias de criar una familia y trabajar, han apagado su pasión por su cónyuge?

Una investigación reciente que usó escáneres cerebrales sugiere que algunas parejas casadas mantienen esa pasión y romance durante décadas o más. Cuando ven una fotografía de su amado, los cerebros de las parejas casadas durante diez o más años que se consideran "intensamente" enamoradas de sus cónyuges se activan de forma similar a los escáneres de las parejas recién enamoradas. Los 17 participantes del estudio no sólo estaban felizmente casados, señaló el coautor del estudio Arthur Aron, profesor de psicología de la Universidad de Stony Brook en Nueva York. Se trataba de cónyuges que no podían dejar de tocarse a pesar de haber estado casados en promedio durante más de 21 años.

"Nos contaron cosas como que volvían locos a sus amigos, por estar siempre en contacto físico", señaló Aron. "Hablamos de personas que tienen una conexión muy intensa, inmensas cantidades de vivacidad y pasión físicas. Es el tipo de cosa que la gente piensa es imposible, una locura. Nuestros datos sugieren que es real". El estudio aparece en una edición en línea reciente de la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience.

Los participantes del estudio habían respondido a un anuncio que preguntaba: "¿Sigue usted locamente enamorado de su pareja de mucho tiempo?". Los investigadores los evaluaron usando varios cuestionarios que preguntaban sobre la frecuencia sexual (un promedio de 2.2 veces por semana) y hasta qué punto su cónyuge era la persona más importante de sus vidas y cómo respondía su cuerpo cuando estaban cerca de su cónyuge. Las diez mujeres y siete hombres se sometieron entonces a una IRM funcional mientras veían una serie de fotografías que incluían al objeto de sus afectos, un amigo cercano de mucho tiempo, un conocido de mucho tiempo, y un conocido de poco tiempo. Los escáneres cerebrales mostraron que el área ventral tegmental y el estriado dorsal se iluminaban cuando los participantes observaban la fotografía de su cónyuge. Estudios anteriores han mostrado que esas regiones del cerebro, ricas en dopamina y que se asocian con la recompensa y la motivación, también se iluminan en parejas cuando se enamoran por primera vez, así como cuando la gente inhala cocaína.

"Estas personas no se están engañando a sí mismas. Parecen tener la misma experiencia que las persona recién enamoradas", apuntó Aron. Los participantes locamente enamorados desde hacía tiempo también mostraron más activación en regiones del cerebro asociadas con la vinculación materna y la vinculación en pareja, dijo Aron. La frecuencia sexual se asoció con una mayor actividad en el hipocampo posterior, un área implicada en el hambre y el deseo. Pero los casados hacía tiempo diferían en al menos una forma sustancial de los recién casados. Áreas del cerebro asociadas con la obsesión y la ansiedad se iluminaban con menos frecuencia que en los escáneres de las nuevas parejas. En vez de ello, áreas cerebrales asociadas con la calma estaban más activas, comentó Aron.

Robert Epstein, psicólogo investigador de San Diego, California, que se especializa en el amor y las relaciones, expresó cierto escepticismo sobre los hallazgos. En el estudio participaron pocos participantes, y los investigadores tal vez exageraron sus conclusiones, apuntó. Dado que los participantes fueron evaluados en un solo momento, el estudio tal vez sugiera que es posible enamorarse de nuevo, en lugar de mostrar que es posible mantener ese "nuevo amor" durante años y años. Las relaciones pueden pasar por momentos difíciles, señaló. La felicidad tiende a disminuir cuando las parejas tienen hijos. Cuando los hijos crecen y salen del hogar, algunas parejas experimentan un renacimiento de la relación, que podría ser lo que sucede con las parejas del estudio, dijo.

"No sabemos si estas personas estaban enamoradas continua e intensamente", cuestionó Epstein. "Lo que sucede con frecuencia en las relaciones es que las personas se enamoran intensamente, y luego las cosas empeoran. Luego, los niños crecen, tienen una segunda luna de miel, y pueden volver a experimentar el mismo amor intenso. No es una continuación de esos nuevos sentimientos, es una nueva presentación de los mismos". Y a las parejas a largo plazo que se consideran relativamente felices y satisfechas pero no necesariamente locamente enamoradas no les gusta escuchar sobre parejas que siguen teniendo un deseo ardiente por su cónyuge, añadió.

"Una de las formas en que la gente se siente bien consigo misma es comparándose con los demás, así que este no es un mensaje que la gente desea escuchar, al principio", apuntó Aron. "Incluso a mi esposa y a mí nos resultó un poco difícil".

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