Los pacientes con VIH que retoman los antirretrovirales tras un intervalo tendrán una recuperación limitada de células T CD4 y más riesgo de sufrir complicaciones oportunistas y morir, según resultados de un ensayo realizado en Suiza. Por lo menos dos estudios previos (SMART y Staccato) habían demostrado que la interrupción episódica de la terapia antirretroviral, o ART en inglés, guiada por el conteo de células T CD4 elevaba el riesgo de sufrir complicaciones y muerte, pero la duración de ambos estudios fue relativamente corta (22 y 16 meses).
El equipo del doctor Manuel Battegay, del Hospital Universitario de Basilea, evaluó el efecto de la interrupción de la ART en 2.491 pacientes durante siete años, según publica la revista AIDS. El nuevo ensayo denominado Swiss HIV Cohort Study dividió a los pacientes en tres grupos:
-Grupo A: suspendió la ART de manera intermitente durante por lo menos un mes en el seguimiento (1.271 pacientes, o el 51%).
-Grupo B: continuó la ART sin interrupción, pero de intermitentemente con valores de ARN de VIH-1 en sangre elevados, es decir, más de 1.000 copias/mL (469 pacientes, el 19%).
-Grupo C: recibió ART continua y con buena respuesta virológica, es decir, con ARN de VIH-1 en sangre por encima de 1.000 copias/mL en todas las mediciones más allá de los seis meses tras iniciar la ART (751 pacientes, el 30%).
Más de tres cuartos de los pacientes de los grupos B (el 76,3%) y C (el 87,3 por ciento) lograron un nivel de células T CD4 por encima de 350/microlitro, comparado con apenas el 63% de los pacientes del grupo A. Muchos más pacientes de los grupos B (el 55,8%) y C (el 68%) que del grupo A (el 37,2%) tenían células T CD4 por encima de 500/microlitro.
En los pacientes que suspendieron por lo menos una vez la ART, el aumento de las CD4 dependió sólida e inversamente de la duración acumulativa de la interrupción de la ART. La tasa de complicaciones oportunistas de categorías B y C de los CDC fue mucho más alta en los pacientes que interrumpieron la ART (grupo A) que en los que no interrumpieron la terapia (grupos B y C); esas complicaciones incluyeron linfoma no Hodgkin, neumonía por Neumocistis jirovenci e infecciones por Cándida.
La tasa de mortalidad por VIH fue más baja en el grupo C (dos de cada 1.000 personas/años) que en los grupos A y B (3,9 y 3,5 de cada 1.000 personas/años). La mortalidad general por 1.000 personas-años fue significativamente menor en el grupo B (9,7) y C (8,2) que en el grupo A (19,6). "Los resultados respaldan la idea de que se debe desalentar a los pacientes a suspender la ART", concluyó el equipo.
"En cuanto a estos resultados clínicos, sería esencial iniciar la terapia ART precozmente, no interrumpir el tratamiento y llevar el ARN del VIH-1 a valores lo más bajos posibles", añadieron los autores.
El acceso al resumen en el siguiente enlace: Resumen
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