En los días tras comenzar a tomar un antidepresivo que no era un ISRS (inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina), como bupropion o venlafaxina, los residentes de hogares de ancianos están en un riesgo significativamente mayor de caídas, según un estudio reciente.
Los investigadores hallaron que el aumento en el riesgo de caídas también aplica cuando se aumenta la dosis de la receta actual.
"Nuestros resultados identifican los días tras una nueva receta o una mayor dosis de un antidepresivo no ISRS como un periodo asociado con un riesgo particularmente alto de caídas en los residentes de hogares de ancianos", señaló la autora del estudio, la Dra. Sarah D. Berry, científica del Instituto de Investigación sobre el Envejecimiento de Hebrew SeniorLife, en Boston.
Una monitorización más estrecha de estos residentes de hogares de ancianos durante los dos días posteriores a un cambio en estos antidepresivos podría ayudar a prevenir las caídas, anotaron los investigadores.
Para llevar a cabo el estudio, que aparece en una edición en línea reciente de la revista Journal of Gerontology: Medical Sciences, los investigadores examinaron información sobre 1,181 residentes de hogares de ancianos que se habían caído. Específicamente, compararon los cambios en sus fármacos antidepresivos una y dos semanas antes de la caída.
El estudio halló que el riesgo de caídas se había quintuplicado en los residentes en un plazo de dos días de una nueva receta o un aumento de la dosis de un no ISRS. El riesgo de caídas disminuyó cada día tras el cambio en la receta, apuntaron.
Berry atribuyó este aumento en el riesgo de caídas a las siguientes causas posibles:
• Los efectos graves cognitivos o motrices asociados con los antidepresivos no ISRS aún no se han examinado del todo.
• La hipotensión postural, una reducción dramática en la presión arterial al ponerse de pie, asociada con ciertos no ISRS como trazodona.
• La sedación y los problemas de coordinación relacionados con ciertos no ISRS.
Los fármacos más nuevos, que incluyen inhibidores de la recaptación de la serotonina-norepinefrina, podrían también estar asociados con el riesgo de caídas, anotaron los investigadores.
Sin embargo, Berry apuntó que "estos fármacos son eficaces para tratar los síntomas de depresión, y muchos médicos son renuentes a prescindir de su uso basándose únicamente en un riesgo de caídas".
Por tanto, "el personal del hogar de ancianos debe vigilar a los residentes los días posteriores a un cambio en un antidepresivo no ISRS para prevenir las caídas, y los médicos deben evitar realizar cambios los fines de semana o en periodos en que se cuenta con un personal que no está familiarizado", concluyó Berry en un comunicado de prensa del instituto. Más de un tercio de los casi 1.6 millones de residentes de hogares de ancianos del país toman algún tipo de antidepresivo, señalaron los autores del estudio.
Fuente: Hebrew Senior Life Institute for Aging Research Julio 2011
Los investigadores hallaron que el aumento en el riesgo de caídas también aplica cuando se aumenta la dosis de la receta actual.
"Nuestros resultados identifican los días tras una nueva receta o una mayor dosis de un antidepresivo no ISRS como un periodo asociado con un riesgo particularmente alto de caídas en los residentes de hogares de ancianos", señaló la autora del estudio, la Dra. Sarah D. Berry, científica del Instituto de Investigación sobre el Envejecimiento de Hebrew SeniorLife, en Boston.
Una monitorización más estrecha de estos residentes de hogares de ancianos durante los dos días posteriores a un cambio en estos antidepresivos podría ayudar a prevenir las caídas, anotaron los investigadores.
Para llevar a cabo el estudio, que aparece en una edición en línea reciente de la revista Journal of Gerontology: Medical Sciences, los investigadores examinaron información sobre 1,181 residentes de hogares de ancianos que se habían caído. Específicamente, compararon los cambios en sus fármacos antidepresivos una y dos semanas antes de la caída.
El estudio halló que el riesgo de caídas se había quintuplicado en los residentes en un plazo de dos días de una nueva receta o un aumento de la dosis de un no ISRS. El riesgo de caídas disminuyó cada día tras el cambio en la receta, apuntaron.
Berry atribuyó este aumento en el riesgo de caídas a las siguientes causas posibles:
• Los efectos graves cognitivos o motrices asociados con los antidepresivos no ISRS aún no se han examinado del todo.
• La hipotensión postural, una reducción dramática en la presión arterial al ponerse de pie, asociada con ciertos no ISRS como trazodona.
• La sedación y los problemas de coordinación relacionados con ciertos no ISRS.
Los fármacos más nuevos, que incluyen inhibidores de la recaptación de la serotonina-norepinefrina, podrían también estar asociados con el riesgo de caídas, anotaron los investigadores.
Sin embargo, Berry apuntó que "estos fármacos son eficaces para tratar los síntomas de depresión, y muchos médicos son renuentes a prescindir de su uso basándose únicamente en un riesgo de caídas".
Por tanto, "el personal del hogar de ancianos debe vigilar a los residentes los días posteriores a un cambio en un antidepresivo no ISRS para prevenir las caídas, y los médicos deben evitar realizar cambios los fines de semana o en periodos en que se cuenta con un personal que no está familiarizado", concluyó Berry en un comunicado de prensa del instituto. Más de un tercio de los casi 1.6 millones de residentes de hogares de ancianos del país toman algún tipo de antidepresivo, señalaron los autores del estudio.
Fuente: Hebrew Senior Life Institute for Aging Research Julio 2011
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